sobre la naturaleza resbaladiza del amor

El amor, se me antoja un animal caprichoso que gira en círculos atado a su arreo.
Que no acepta la supremacía de la razón pero exige una razón para existir.
Que te promete villas y castillas y luego te deja un corazón vacante.
Que te dice que no existe y luego te da pruebas de sus síntomas.
Que se acerca, te da un puntapié y luego se vuelve a esconder.
Que cuando lo ignoras te da de cachetadas y se impone a ti.
Que no se pesa en una balanza pero se carga con dificultad.
Que no acepta ser domado y no se acostumbra a lo salvaje.
Que cuando volteas y le das la espalda te tropiezas con el.
Que se asoma mil veces pero no se atreve a entrar.
Que cuando lo nombras se avergüenza y no viene.
Que se vuelve una ruleta rusa esperando tu turno.
Que somete y pulveriza los demás sentimientos.
Que te dice que viene a quedarse y luego se va.
Que te deja sin esperanzas y luego florece.
Que cuanto más lo sueñas más lo anhelas.
Que cuanto menos lo anhelas más acecha.
Que cuando quieres agarrarlo escapa.
Que no cree en la sincronía.
Que exige la ceguera.
Que rige los sueños.
Que hipnotiza.
Se esfuma.
No es.
Es.